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La cocción a baja temperatura, también conocida como sous vide (del francés «al vacío»), es una técnica culinaria que...
La refrigeración es uno de los aspectos más críticos en la gestión de un restaurante o una cocina profesional. Los...
El Frozen Mojito es el cóctel veraniego por excelencia: una explosión de frescor en cada sorbo. Con ron blanco, lima...
Carrito para crepes compacto y funcional, ideal para eventos, ferias y mercados. Equipado con placa profesional....
En el corazón de cada food truck hay una llama inagotable: la de las planchas de gas para sándwiches. Calientes,...
Es una herramienta esencial para mejorar la calidad y el sabor del pescado. El envejecimiento en seco implica mantener el pescado en un entorno controlado, con temperatura y humedad reguladas, durante un período de tiempo específico. Este proceso permite que el pescado madure, haciendo la carne más tierna e intensificando el sabor.
El ablandador de carne profesional es una herramienta diseñada para ablandar y mejorar la textura de la carne, haciéndola más tierna y jugosa. Esta herramienta es especialmente útil en establecimientos de restauración y carnicería, donde es importante optimizar la calidad de la carne servida a los clientes.
Con su apariencia suave y colorida, es un postre que evoca recuerdos de la infancia y momentos despreocupados pasados en atracciones y puestos de fiestas. Gracias a su sencillez y atractivo atemporal, el algodón de azúcar sigue siendo una atracción imprescindible en cualquier evento o celebración.
A la hora de elegir un congelador comercial, es importante tener en cuenta varios factores para asegurarse de que satisfaga las necesidades específicas de su negocio. En este artículo, exploraremos las diferencias y similitudes entre los distintos tipos de congeladores comerciales. Analizaremos las principales características que los diferencian, como la capacidad de almacenamiento, la eficiencia energética y las prestaciones básicas y avanzadas.
Con un exprimidor profesional, podrá ofrecer a sus clientes zumo fresco y auténtico, preparado con fruta de primera calidad y, sobre todo, formulado sin aditivos.
La chocolatería se generalizó en el siglo XVII, cuando empezó a introducirse en los hogares de la nobleza y la clase acomodada, y después en bares y cafeterías de todo el mundo.