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En el sector de la restauración y allí donde se trabaja en contacto directo con los alimentos, el equipamiento profesional adecuado es capaz de optimizar la actividad diaria y hacer fluidos los procesos de trabajo, y responde a las necesidades de conservación óptima de las materias primas, evitando el desperdicio y asegurando la calidad.
En una cocina profesional, los primeros aliados que por derecho ocupan un espacio dedicado son las mesas refrigeradas. Si estás indeciso sobre qué equipo es mejor para tu establecimiento, sigue las instrucciones que encontrarás disponibles en nuestra guía de compra de mesas refrigeradas. Podrás variar entre diferentes modelos y tipos y elegir el producto más adecuado a las necesidades de trabajo de tu negocio.
Mesas refrigeradas: qué son y para qué sirven
Las mesas refrigeradas son los componentes sin los cuales ninguna cocina profesional puede ser funcional. Son los componentes que por su naturaleza ocupan la mayor parte del espacio tras bambalinas de tu restaurante pero que son de fundamental importancia para mantener todos los alimentos a la temperatura adecuada con el plus de ofrecerte una amplia y funcional superficie de trabajo y numerosos compartimentos para ten todo a mano.
Si te estás acercando por primera vez a este tipo de equipos profesionales, hay algunos aspectos que no puedes pasar por alto durante la fase de compra, y en nuestra guía tratamos de disolver tus dudas sobre cuál es la mejor mesa refrigerada para tu trabajo.
Para elegir el mostrador refrigerado adecuado, debe tener en cuenta una serie de parámetros, que incluyen:
• Dimensiones y características estéticas de los diferentes modelos
• Temperatura negativa / positiva
• Tipo de motor
• Modo de descongelación
• Clase climática
Mesas refrigeradas: dimensiones y características estéticas
La primera característica que atrae al comprador, sin duda, se refiere a la estética del producto y su composición. En general, el material de construcción por excelencia es el acero inoxidable. Las mesas refrigeradas en acero inoxidable son las más comunes: resistentes y desinfectables para todo el tamaño de su superficie. Además, el acero es uno de los pocos materiales que en contacto con cualquier alimento conserva intactas sus propiedades sin comprometerlas ni alterarlas.
Las mesas frigoríficas estándar más habituales suelen ocupar una profundidad que oscila entre los 60 y los 80 cm. El número de puertas y la posición del motor determinan la longitud de la parte superior de unamesa refrigerada.
En el portal www.ristorazione-refrigerazione.it puedes encontrarlos en todos los tamaños y elegir entre modelos de una a cuatro puertas, según la capacidad que busques, con productos que incluso superan los 2 metros y medio o son más compactos para espacios reducidos. espacios.
Las mesas refrigeradas cumplen diversas funciones, además de ser el lugar de almacenamiento adecuado para diversos platos, actúan como grandes superficies sobre las que amasar o donde colocar lo necesario para montar los platos manteniendo la comida a mano.
El mantenimiento ordinario de las mesas refrigeradas de acero inoxidable también es muy sencillo: basta con utilizar detergentes antibacterianos y secar la superficie con un paño suave, evitando el uso de jabones especialmente agresivos o corrosivos que puedan dañar las paredes.
Temperatura negativa/positiva de mesas refrigeradas
Dado que el principal uso previsto de un mostrador refrigerado es conservar los alimentos a la temperatura correcta, es necesario conocer los tipos de refrigeración disponibles. De hecho, en el mundo de la conservación de alimentos existen mesas refrigeradas a temperatura positiva y negativa y su especificación determina el mejor método de conservación para los diferentes alimentos. ¿Cuál es la diferencia?
Para la adecuada conservación de carnes y pescados frescos, es óptimo elegir mesas refrigeradas con temperatura positiva que mantengan un rango entre -2 y +8°C. Si necesita mantener los productos congelados, entonces la elección son las mesas refrigeradas de acero inoxidable con temperaturas negativas, que se mantienen en un rango entre -18° y -20°C, llegando incluso a picos de 25°C.
En cualquier caso, es una buena práctica seguir las normas de conservación de los alimentos, independientemente de que se trate de mesas refrigeradas con temperatura positiva o negativa. Los alimentos deben estar limpios y sin contaminar incluso antes de ser colocados en los compartimentos de la mesa, cuidadosamente almacenados con sus envases o en recipientes adecuados. Además, necesariamente deben estar ya fríos para permitir una óptima conservación y limitar la proliferación de mohos o bacterias, dejando intactas las propiedades de cada alimento. Sería óptimo evitar la apertura frecuente de las puertas para evitar cambios continuos de temperatura y consumos excesivos.
Tipo de motor de mesas refrigeradas
Entre los componentes que sin duda distinguen las mesas refrigeradas, uno de los principales, que a menudo determina la elección a favor de un modelo sobre otro, se refiere al motor.
El motor, que permite el funcionamiento de la mesa refrigerada, puede ser de dos tipos: interno o remoto
En el caso de las mesas refrigeradas con motores internos, te encontrarás ante un artículo con pros y contras: fácil de transportar e instalar, fácil de mover pero con el inconveniente de ser más voluminoso y requerir una correcta ventilación para su buen funcionamiento. Además, podrías encontrarte con el inconveniente de subir la temperatura de toda la estancia si los espacios no son los adecuados y de estar constantemente sujeto al ruido que genera su funcionamiento, aunque los modelos más recientes minimizan las molestias y contienen los decibelios para no ser agotador para los empleados que trabajan durante horas en el lugar cerrado donde está presente el aparato.
Las mesas refrigeradas con motor remoto también tienen aspectos positivos y negativos. Requieren cierta experiencia para su instalación pero dentro del puesto de trabajo son más compactos y ofrecen la posibilidad de optimizar el espacio. La parte remota del motor generalmente se coloca afuera, donde tiene más espacio disponible para ventilación pero se vuelve muy restrictivo para el movimiento. Por eso, cuando te encuentres seleccionando el artículo para tu laboratorio gastronómico, también tendrás que tener en cuenta esta variable y hacerte las preguntas adecuadas de cara al futuro de tu negocio.
Modo de refrigeración y descongelación
¿Cómo se produce el enfriamiento de los alimentos en las mesas refrigeradas?
Hay dos formas en las que los alimentos se almacenan a la temperatura adecuada. Hablamos de refrigeración estática o refrigeración ventilada.
El primero es adecuado para almacenar alimentos que necesitan un ambiente más húmedo para mantener intactas sus propiedades. El frío se propaga por "caída" y ayuda a conservar alimentos como la carne y el pescado. En las mesas refrigeradas ventiladas, en cambio, el enfriamiento proviene de un evaporador que difunde el frío en todos los compartimentos: en este tipo de mesas es bueno conservar platos como las verduras y la pasta fresca, que necesitan ambientes secos en los que conservarse. pararse.
Después de la refrigeración es necesario realizar operaciones de descongelación que ayuden a optimizar la duración de la maquinaria en el tiempo.
La descongelación es el proceso que se activa para derretir la escarcha y eliminar cualquier formación de hielo que pueda ocurrir en su sistema de refrigeración. Existen varias prácticas para descongelar las mesas refrigeradas. En primer lugar, el desescarche puede ser manual o programado. En el primer caso, usted mismo activará el proceso utilizando el interruptor apropiado. En el segundo caso, puede establecer el tiempo para activar el desescarche y dejar que la máquina realice la función de forma independiente.
El método de descongelación es otro factor determinante a tener en cuenta a la hora de adquirir mesas refrigeradas profesionales y puede realizarse de diferentes formas. El desescarche con gas caliente se realiza introduciendo un fluido en el serpentín normalmente dedicado al material refrigerante o mediante un proceso de introducción de una solución de bajo punto de congelación. El desescarche eléctrico puede iniciarse actuando directamente sobre el evaporador, mediante una resistencia. En algunos casos se prefiere el desescarche stand-by, que ocurre simplemente con la suspensión del suministro eléctrico a la maquinaria que detiene su funcionamiento al aumentar la temperatura del ambiente interno. En cuestión de horas, el proceso hace que el exceso de hielo y escarcha se elimine del sistema de eliminación.
Todas estas opciones tienen diferentes tiempos y métodos y por eso la mejor solución también depende del tiempo que tengas disponible antes de tener que reutilizar tu mesa refrigerada.
Clase climática
La clase climática es un aspecto que concierne principalmente al desempeño en términos de eficiencia operativa, con respecto al objeto de su compra. En concreto, la clase climática es el indicador de las temperaturas ambiente dentro de las cuales las mesas refrigeradas, así como los frigoríficos y congeladores, funcionan con un rendimiento óptimo. Por eso, en el momento de la compra, es una buena práctica evaluar este parámetro porque pretende ser un indicador de la capacidad del circuito para enfriar y aislar lo mejor posible todo lo que se almacena en el interior del aparato. Y además, especialmente en entornos profesionales, donde las mesas frigoríficas están sometidas a un uso intenso y a menudo a temperaturas elevadas, como las que se alcanzan en la cocina de un restaurante o en una pizzería, una clase climática alta garantiza la correcta protección de los alimentos en el interior de un equilibrio perfecto entre eficiencia y consumo.
La clase climática a la que pertenece contempla diferentes rangos dentro de los cuales la maquinaria optimiza el rendimiento, dando vida a diferentes categorías que también distinguen artículos como las mesas refrigeradas a la venta en nuestro sitio.
Para máquinas dedicadas a uso profesional, la indicación se produce a través de números progresivos:
– clase climática 3, temperatura hasta 25° y humedad relativa del 60%
– clase climática 4, temperatura hasta 30° y humedad relativa del 55%
– clase climática 5 temperatura hasta 40° y humedad relativa del 40%
– clase climática 7, temperatura hasta 35° y humedad relativa del 75%
A menudo, la clasificación también incluye categorías climáticas divididas en siglas:
– clase SN (de 10°C a 32°C)
– clase N (de 16°C a 32°C)
– clase ST (de 16°C a 38°C)
– clase T (de 10°C a 43°C)
Cuanto mayor sea la capacidad de la clase climática, más seguros serán sus alimentos, incluso en condiciones exteriores extremadamente calurosas y bochornosas.
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